Cartagena, 10 de septiembre de 2017.- El Papa Francisco destacó la advocación de la Virgen de Chiquinquirá y a San Pedro Claver como modelos para trabajar por la dignidad de las personas, en particular por “los pobres y descartados de la sociedad”.
“María de Chiquinquirá y San Pedro Claver nos invitan a trabajar por (…) aquellos que son abandonados, por los inmigrantes, por los que sufren la violencia y la trata”.
Así mismo, recordó que todos los humildes y los pobres tienen dignidad y son imagen viva de Dios. “Todos hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios, y a todos nosotros, la Virgen nos sostiene en sus brazos de hijos queridos”.
Recordando la historia del lienzo de la Virgen de Chiquinquirá destacó a María Ramos, “una mujer sencilla” que “tuvo el valor y la fe de colocar esa imagen borrosa y rajada en un lugar destacado, devolviéndole su dignidad perdida”. Sobre esto el Papa aseguró que esta acción supuso encontrar y honrar a María “en lo que para los demás era despreciable e inútil”.
El Papa aseguró que son “los pobres, los humildes, los que contemplan la presencia de Dios, a quienes se revela el misterio del amor de Dios con mayor nitidez”.
Al referirse a san Pedro Claver señaló que él “sabía que el lenguaje de la caridad y de la misericordia era comprendido por todos” y que a través de la caridad se puede comprender “la verdad y la verdad reclama gestos de caridad”, subrayó.
El Papa recordó que San Pedro Claver fue acusado injustamente de ser indiscreto por su celo y debió enfrentar duras críticas y una oposición por parte de quienes temían que su ministerio socavase el lucrativo comercio de esclavos. En relación a esto el Papa advirtió que “en Colombia y el mundo, millones de personas son vendidas como esclavos o bien mendigan un poco de humanidad, un momento de ternura, se hacen a la mar o emprenden el camino porque lo han perdido todo, empezando por su dignidad y por sus propios derechos”.