Medellín, septiembre 9 de 2017.- Así lo afirmó monseñor Elkin Álvarez Botero, secretario general de la Conferencia Episcopal de Colombia, quien agradeció la presencia del Papa Francisco y manifestó la apertura de escucha para acoger los mensajes que el Pontífice trae para la vida religiosa.
“Hemos orado intensamente en estos días para que la Visita Apostólica del Sucesor de Pedro se convierta en el inicio de una nueva primavera vocacional en Colombia, para que la familia redescubra su identidad y misión como “hogar donde se cultiva la vocación cristiana” y para que muchos jóvenes se decidan a escuchar y a aceptar el “sígueme” del Señor”, indicó el prelado.
El también obispo auxiliar de Medellín, al recordar el testimonio de tantos sacerdotes y religiosos que han dedicado su vida al servicio de Dios y los hermanos, dijo que la presencia de las reliquias de la Santa Laura Montoya, primera santa colombiana, son signo de testimonio, entrega y dedicación ofrendado por esta religiosa al servicio de Dios.
“Santa Laura es testimonio del regalo que Dios ha hecho a esta tierra a lo largo de su historia, con una rica presencia de sacerdotes y religiosos, muchos de los cuales se han dedicado por entero al servicio de Dios y de los hermanos en medio de condiciones difíciles, de persecuciones o de amenazas, que, para algunos, han significado la ofrenda cruenta de su vida”, dijo.
Reconoció los grandes desafíos que la vida religiosa debe afrontar para la tarea evangelizadora, reclamando de esta, una mayor fidelidad, entrega y escucha misionera.
La vida cristiana como discipulado”, ha sido el tema de reflexión convocado para este cuarto día de visita del Pontífice en Medellín. En el lugar de La Macarena, miles de sacerdotes, religiosos, religiosas y seminaristas venidos de los diferentes rincones del país, se han mostrado dispuestos y atentos para escuchar y atender el mensaje que el Vicario de Cristo les trae.